Uñas acrílicas de una princesa

Cuesta ser una princesa. No es cosa fácil ser bonita. Para nada.

Hay que extremar cuidados para siempre parecer bella, y tu que lees esto lo sabes, igual que yo.

En principio, no puedes decantar a tus admiradores. Siempre debes estar bien arreglada. 

Quizá a veces envidies a esas viejas fodongas que no les importa salir a la calle incluso con en chanclas y sin peinarse.

Pero tu no puedes darte ese lujo. Cuidas hasta el menor detalle de todo tu arreglo. Las uñas, por ejemplo, esas uñas acrílicas, aunque a veces te duelan debes lucirlas impecables sobre esos dedos bonitos de tus manos.

Las uñas acrílicas que todos envidian


Esas manos en ti lucen bellas. Las uñas acrílicas que luces son envidiables. Todas ellas, las envidiosas, voltean a mirarlas. Te han echo un buen trabajo. Y tú lo sabes.

Cuesta ser una princesa con unas uñas acrilicas apantallantes, pero vale la pena. Los del sexo opuesto son atraídos por tu arreglo personal. Y las de tú género, unas te admiran, pero la mayoría te envidian.

Cuesta ser una princesa, pero vale la pena.


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